No estoy loca, inestable sí, pero no loca.
No soy una chica única y especial ni mejor ni peor que nadie; sencillamente soy yo. Y sí, he perdido totalmente el norte. Desde que salí, en vez de hacer lo que tenía que haber hecho me dio por centrarme en los demás cuando la realidad que aprendí en ese periodo fue: CÉNTRATE EN TI.
Y no, no lo he hecho por la sencilla razón de que me creí que estaba bien y era invencible. Cuando la realidad es otra bien distinta. Pero me dejé llevar, me dejé llevar y ya estoy otra vez que me salen las cosas por todos los poros de la piel.
Estoy descentrada, así de claro y de obvio. Mi vida es una continua montaña rusa. Ahora me rio, ahora lloro, ahora te quiero, ahora te odio, hoy es blanco pero en un rato quiero que sea negro.
Se me ha ido un poco de las manos...
Me he descuidado a mí misma por atender a los demás, cuando la realidad es que si una no está bien no puede ayudar a los demás por muchos intentos que haga porque al final se le vuelven contra sí misma. Y en estas circunstancias estoy.
Nunca quise estar así. Soy consciente de que estaba claro que se podía recaer ya que suelo tender a ver el lado negativo de las cosas y no es por gusto, sino por comodidad de mi mente. Es más fácil seguir en tu línea que luchar por cambiar; como cuando decides empezar a hacer deporte. El primer día pones todo tu empeño, pero el tercero ya no eres capaz de levantarte del sofá.
Yo no elegí esto, pero inconscientemente he vuelto a las andadas. Y bueno, quizás ha llegado el momento de replantearme ciertas cosas en mi vida.
Así no se puede seguir porque no es sano ni para mí ni para los que me rodean. Me podré disculpar una y mil veces pero eso no arreglará nada si al final acabo cayendo en lo de siempre (comodidad nuevamente).
Supongo que es tiempo de reflexión y de ponerse una a continuar la tarea que sin darse cuenta dejó a medias.
No soy una chica única y especial ni mejor ni peor que nadie; sencillamente soy yo. Y sí, he perdido totalmente el norte. Desde que salí, en vez de hacer lo que tenía que haber hecho me dio por centrarme en los demás cuando la realidad que aprendí en ese periodo fue: CÉNTRATE EN TI.
Y no, no lo he hecho por la sencilla razón de que me creí que estaba bien y era invencible. Cuando la realidad es otra bien distinta. Pero me dejé llevar, me dejé llevar y ya estoy otra vez que me salen las cosas por todos los poros de la piel.
Estoy descentrada, así de claro y de obvio. Mi vida es una continua montaña rusa. Ahora me rio, ahora lloro, ahora te quiero, ahora te odio, hoy es blanco pero en un rato quiero que sea negro.
Se me ha ido un poco de las manos...
Me he descuidado a mí misma por atender a los demás, cuando la realidad es que si una no está bien no puede ayudar a los demás por muchos intentos que haga porque al final se le vuelven contra sí misma. Y en estas circunstancias estoy.
Nunca quise estar así. Soy consciente de que estaba claro que se podía recaer ya que suelo tender a ver el lado negativo de las cosas y no es por gusto, sino por comodidad de mi mente. Es más fácil seguir en tu línea que luchar por cambiar; como cuando decides empezar a hacer deporte. El primer día pones todo tu empeño, pero el tercero ya no eres capaz de levantarte del sofá.
Yo no elegí esto, pero inconscientemente he vuelto a las andadas. Y bueno, quizás ha llegado el momento de replantearme ciertas cosas en mi vida.
Así no se puede seguir porque no es sano ni para mí ni para los que me rodean. Me podré disculpar una y mil veces pero eso no arreglará nada si al final acabo cayendo en lo de siempre (comodidad nuevamente).
Supongo que es tiempo de reflexión y de ponerse una a continuar la tarea que sin darse cuenta dejó a medias.