Que no dependas de nadie para hacer las cosas
Creo que es una buena forma de comenzar una entrada.
He tenido unas 48h que me han hecho ver de nuevo que la vida no es tan gris como pensaba. ¿Ingredientes? Buena compañía, música y ganas de desconectar de todo y de todos, que para algo estamos en verano.
Estoy a apenas un par de días y emprender una aventura que me tiene... ¿Cómo expresarlo? ¡ME TRAE DE CABEZA! Hay tantas cosas por hacer y yo que soy taaaan organizada que me agobio cuando algo se me escapa de las manos. Eso tiene su parte buena y su parte mala (la buena es que no se me escapa nada, la mala es que aún sigo sin saber que era aquella luz verde que parpadeaba y se veía desde el paseo marítimo).
Muchas veces el volver a la casa donde has pasado tu infancia es bueno; pero también te trae algún que otro quebradero de cabeza... Tienes a tu familia ahí que sabes que son los únicos que nunca te van a fallar, sin embargo ya has probado la libertad y estás empezando a ser más independiente (cosa que no significa que ya no quieras pasar tiempo con ellos, únicamente has aprendido a crecer como persona que no depende de nadie para realizar una serie de tareas y que sabe ser autosuficiente consigo mismo).
Eso es lo que me ha pasado a mí, me he encerrado y a pesar de haber pasado mucho tiempo conmigo misma (que me ha venido muy bien para algunas cosas), también he echado en falta esa autonomía.
Es todo tan extraño cuando creces y te das cuenta de que la vida no es como te la pintan en los cuentos de hadas... Aunque eso no significa que sea peor ni mejor, sencillamente diferente.
Hoy me han dicho por la calle una frase que me ha llamado mucho la atención y es aquella que decía "los jóvenes viven todo intensamente; aunque haya muchísima gente mayor que piense que son unos cabezas loca y no saben aprovechar lo que les viene por delante". Yo creo sinceramente que estamos ante una época de cambios y habrá gente que nos acepte tal y como somos, otros a los que les cueste más entendernos y otros tantos que no nos lleguen a comprender; uno no obliga a nadie a que lo acepte tal y como es, si quieres bien y sino simplemente cada uno por su lado.
Somos jóvenes, libres y necesitamos probar cosas nuevas y vivir nuevas experiencias aunque a nuestros padres al principio les cueste un poquito dejarnos ir porque a fin de cuentas somos sus pequeños y siempre es difícil dejarnos marchar.
Sinceramente pienso que muchas veces nos dejamos influenciar por la comodidad, el qué dirán o el miedo a lo desconocido; pero por otro lado cuando nos lanzamos vamos a por todas porque a fin de cuentas lo que importa es lo que uno haga y no lo que le digan los demás que debería de hacer. Tú tienes tu vida y tu eres el que toma las decisiones y acarrea con las consecuencias.
Todo esto que ahora está escrito con tanta facilidad, a mí se me olvidó y llevé una semana... (únicamente hay que echarle un vistazo a las entradas anteriores...), necesitaba un toque de aire fresco, de romper esquemas y de disfrutar sin preocupaciones. Conozco a dos personas que eso de disfrutar es la primera palabra que manejan en su vocabulario (aún así de vez en cuando revisarlo que hay expresiones como "echarle cara al asunto" que estarían bien incluir) y con los que es tan fácil olvidar los problemas que parece que hagan magia. Me volvieron a demostrar con creces que no hay que seguir siempre el plan establecido (pero que no es malo tenerlo), simplemente coge y pierdete por ahí a ver donde sales.
Ellos son los que me han dado ánimos cuando (para variar) se me han cruzado los cables y he dicho "no me voy" y como no soy yo nadie cuando me pongo negativa... Pero una sesión de risas y de buen rollo de tranquileo como a mi me gusta me han devuelto la positividad y las ganas de comerme el mundo.
Y si me vas a preguntar que voy a hacer el próximo curso la respuesta es muy sencilla "No lo sé, cuando llegue el momento lo decidiré".
Creo que es una buena forma de comenzar una entrada.
He tenido unas 48h que me han hecho ver de nuevo que la vida no es tan gris como pensaba. ¿Ingredientes? Buena compañía, música y ganas de desconectar de todo y de todos, que para algo estamos en verano.
Estoy a apenas un par de días y emprender una aventura que me tiene... ¿Cómo expresarlo? ¡ME TRAE DE CABEZA! Hay tantas cosas por hacer y yo que soy taaaan organizada que me agobio cuando algo se me escapa de las manos. Eso tiene su parte buena y su parte mala (la buena es que no se me escapa nada, la mala es que aún sigo sin saber que era aquella luz verde que parpadeaba y se veía desde el paseo marítimo).
Muchas veces el volver a la casa donde has pasado tu infancia es bueno; pero también te trae algún que otro quebradero de cabeza... Tienes a tu familia ahí que sabes que son los únicos que nunca te van a fallar, sin embargo ya has probado la libertad y estás empezando a ser más independiente (cosa que no significa que ya no quieras pasar tiempo con ellos, únicamente has aprendido a crecer como persona que no depende de nadie para realizar una serie de tareas y que sabe ser autosuficiente consigo mismo).
Eso es lo que me ha pasado a mí, me he encerrado y a pesar de haber pasado mucho tiempo conmigo misma (que me ha venido muy bien para algunas cosas), también he echado en falta esa autonomía.
Es todo tan extraño cuando creces y te das cuenta de que la vida no es como te la pintan en los cuentos de hadas... Aunque eso no significa que sea peor ni mejor, sencillamente diferente.
Hoy me han dicho por la calle una frase que me ha llamado mucho la atención y es aquella que decía "los jóvenes viven todo intensamente; aunque haya muchísima gente mayor que piense que son unos cabezas loca y no saben aprovechar lo que les viene por delante". Yo creo sinceramente que estamos ante una época de cambios y habrá gente que nos acepte tal y como somos, otros a los que les cueste más entendernos y otros tantos que no nos lleguen a comprender; uno no obliga a nadie a que lo acepte tal y como es, si quieres bien y sino simplemente cada uno por su lado.
Somos jóvenes, libres y necesitamos probar cosas nuevas y vivir nuevas experiencias aunque a nuestros padres al principio les cueste un poquito dejarnos ir porque a fin de cuentas somos sus pequeños y siempre es difícil dejarnos marchar.
Sinceramente pienso que muchas veces nos dejamos influenciar por la comodidad, el qué dirán o el miedo a lo desconocido; pero por otro lado cuando nos lanzamos vamos a por todas porque a fin de cuentas lo que importa es lo que uno haga y no lo que le digan los demás que debería de hacer. Tú tienes tu vida y tu eres el que toma las decisiones y acarrea con las consecuencias.
Todo esto que ahora está escrito con tanta facilidad, a mí se me olvidó y llevé una semana... (únicamente hay que echarle un vistazo a las entradas anteriores...), necesitaba un toque de aire fresco, de romper esquemas y de disfrutar sin preocupaciones. Conozco a dos personas que eso de disfrutar es la primera palabra que manejan en su vocabulario (aún así de vez en cuando revisarlo que hay expresiones como "echarle cara al asunto" que estarían bien incluir) y con los que es tan fácil olvidar los problemas que parece que hagan magia. Me volvieron a demostrar con creces que no hay que seguir siempre el plan establecido (pero que no es malo tenerlo), simplemente coge y pierdete por ahí a ver donde sales.
Ellos son los que me han dado ánimos cuando (para variar) se me han cruzado los cables y he dicho "no me voy" y como no soy yo nadie cuando me pongo negativa... Pero una sesión de risas y de buen rollo de tranquileo como a mi me gusta me han devuelto la positividad y las ganas de comerme el mundo.
Y si me vas a preguntar que voy a hacer el próximo curso la respuesta es muy sencilla "No lo sé, cuando llegue el momento lo decidiré".