En unos días vuelvo a casa, después de 4 meses fuera en los que ha pasado de todo y en los que quiera o no he madurado.
Está claro que aún hay cosas que duelen y otras a las que aún me da miedo enfrentarme porque, a fin de cuentas, todos tenemos miedo a reencuentros indeseados, situaciones incómodas, encontrarte con tu ex en mitad de la calle, saludar a ese profesor que te hizo suspender y repetir curso pero del cual aprendiste que todo pasa por algo, de esa muchacha de la que antes eras inseparable y ahora la miras y piensas en como el tiempo os separó con la gran diferencia de que ahora esbozas una sonrisa porque quién sabe si el destino os volverá a unir o era eso lo que tenía que suceder.
Luego están las salidas con los amigos, las batallitas que te has perdido y las que has vivido con ellos desde la distancia, la familia, tus padres, tu pareja , tu perro... No eres consciente de todo lo que dejaste momentáneamente atrás hasta que los días comienzan a estirarse; sin embargo, sigues dando todo de ti para no fallarles a ellos, para no fallarte a ti mismo.
¿Tienes miedo? No te preocupes, yo también. Dame la mano, levántate y, poco a poco, vamos a caminar y a enfrentarnos a todo lo que se nos venga encima. Recuerda, eres fuerte.
Cuéntale al mundo que vuelves a casa.
Está claro que aún hay cosas que duelen y otras a las que aún me da miedo enfrentarme porque, a fin de cuentas, todos tenemos miedo a reencuentros indeseados, situaciones incómodas, encontrarte con tu ex en mitad de la calle, saludar a ese profesor que te hizo suspender y repetir curso pero del cual aprendiste que todo pasa por algo, de esa muchacha de la que antes eras inseparable y ahora la miras y piensas en como el tiempo os separó con la gran diferencia de que ahora esbozas una sonrisa porque quién sabe si el destino os volverá a unir o era eso lo que tenía que suceder.
Luego están las salidas con los amigos, las batallitas que te has perdido y las que has vivido con ellos desde la distancia, la familia, tus padres, tu pareja , tu perro... No eres consciente de todo lo que dejaste momentáneamente atrás hasta que los días comienzan a estirarse; sin embargo, sigues dando todo de ti para no fallarles a ellos, para no fallarte a ti mismo.
¿Tienes miedo? No te preocupes, yo también. Dame la mano, levántate y, poco a poco, vamos a caminar y a enfrentarnos a todo lo que se nos venga encima. Recuerda, eres fuerte.
Cuéntale al mundo que vuelves a casa.
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