Hablemos.
Hablemos de todo aquello que nos da miedo, corte, vergüenza... Hablemos como si las palabras no tuvieran cadenas y se encontraran encerradas en el interior de nuestra alma.
Un buen café, buena compañía y confianza. No se requiere nada más. Y comienzas a hablar. Al principio no sabes muy bien por donde empezar, pero conforme lo vas soltando todo te relajas y comienzas a ir soltando todos tus miedos y sobretodo tus dudas.
Hace un par de días regresé a España por las fiestas. Tuve una comida con su posterior tertulia con más que compañeras, amigas de la universidad. Y todos sabemos lo que ocurre cuando se juntan un grupo de amigas a hablar... Cotilleo por aquí, consejo por allá, un tía ese no te merece seguido de su posterior brindis, el saltarse la dieta por ser un día especial... Pero sin lugar a dudas lo mejor de todo es encontrar apoyo y buscar consejo de todas tus dudas.
Seré sincera, la verdad es que estoy muy a gusto con mi vida pero cuando me preguntan sigo sin tener muy claro a que estaos jugando. (A caso lo estamos haciendo¿?). Cada una tiene su opinión, como todo hijo de vecino, y una cosa llevó a la otra y como siempre que suele pasar en este tipo de reuniones acabamos hablando de SEXO (así en mayúsculas, negrita y cursiva).
Yo admito que soy más bien de las que escucha y toma nota, pero ellas no. Al principio he de admitir que te sientes un poco más cortada y la vergüenza asoma a tu cara pareciendo en apenas unos segundos una señal de prohibido.
Ellas te miran y se ríen de tu poca experiencia, pero te das cuenta de que no eres la única de las que está allí que parece una señal de tráfico. La que tiene más experiencia te mira y te sonríe enfundándote confianza para que le expongas todas tus dudas. Y tú ni corta ni perezosa comienzas a hacérselas. Hay muchas cosas que pensabas que sabias pero que obviamente no son o blanco o negro; también existe una gama de grises mucho más amplia. Descubres cosas de las cuales ni te podías imaginar.
Empiezas recelando, sin embargo ellas te lo muestran todo con tanta naturalidad que acabas aceptando que no es tan malo pero ojo, usa protección siempre.
Cuando coges el autobús y vas de camino a casa no dejas de rememorar toda la conversación en tu mente y te planteas la siguiente duda, ¿Por qué de algo tan natural lo tenemos como un tabú? Quizás sea hora de empezar a hablar.
Hablemos de todo aquello que nos da miedo, corte, vergüenza... Hablemos como si las palabras no tuvieran cadenas y se encontraran encerradas en el interior de nuestra alma.
Un buen café, buena compañía y confianza. No se requiere nada más. Y comienzas a hablar. Al principio no sabes muy bien por donde empezar, pero conforme lo vas soltando todo te relajas y comienzas a ir soltando todos tus miedos y sobretodo tus dudas.
Hace un par de días regresé a España por las fiestas. Tuve una comida con su posterior tertulia con más que compañeras, amigas de la universidad. Y todos sabemos lo que ocurre cuando se juntan un grupo de amigas a hablar... Cotilleo por aquí, consejo por allá, un tía ese no te merece seguido de su posterior brindis, el saltarse la dieta por ser un día especial... Pero sin lugar a dudas lo mejor de todo es encontrar apoyo y buscar consejo de todas tus dudas.
Seré sincera, la verdad es que estoy muy a gusto con mi vida pero cuando me preguntan sigo sin tener muy claro a que estaos jugando. (A caso lo estamos haciendo¿?). Cada una tiene su opinión, como todo hijo de vecino, y una cosa llevó a la otra y como siempre que suele pasar en este tipo de reuniones acabamos hablando de SEXO (así en mayúsculas, negrita y cursiva).
Yo admito que soy más bien de las que escucha y toma nota, pero ellas no. Al principio he de admitir que te sientes un poco más cortada y la vergüenza asoma a tu cara pareciendo en apenas unos segundos una señal de prohibido.
Ellas te miran y se ríen de tu poca experiencia, pero te das cuenta de que no eres la única de las que está allí que parece una señal de tráfico. La que tiene más experiencia te mira y te sonríe enfundándote confianza para que le expongas todas tus dudas. Y tú ni corta ni perezosa comienzas a hacérselas. Hay muchas cosas que pensabas que sabias pero que obviamente no son o blanco o negro; también existe una gama de grises mucho más amplia. Descubres cosas de las cuales ni te podías imaginar.
Empiezas recelando, sin embargo ellas te lo muestran todo con tanta naturalidad que acabas aceptando que no es tan malo pero ojo, usa protección siempre.
Cuando coges el autobús y vas de camino a casa no dejas de rememorar toda la conversación en tu mente y te planteas la siguiente duda, ¿Por qué de algo tan natural lo tenemos como un tabú? Quizás sea hora de empezar a hablar.
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