El viento entraba por la ventanilla trayendo consigo el olor a mar. Cerré los ojos y disfruté de la sensación de la brisa acariciando mi piel.
-Ya estamos llegando- anunció. Noté la fuerza de su mirada clavada en mí- ¿En qué piensas?
-En lo frágiles que somos las personas- contesté mirándole de reojo. Su mirada inquisitiva no me pasó desapercibida.
-¿Aún con recuerdos del pasado?- alzó una ceja, enfatizando de ese modo su pregunta.
-No son solo recuerdos, es parte de mí...
-Sinceramente a veces no termino de entenderte, no quiero que vuelvas a recaer...- apartó su vista de mí para concentrarse en la carretera.
Lo observé durante unos instantes. Había crecido mucho desde la última vez que lo vi, rasgos más definidos, musculatura marcada de horas de gimnasio... todo en él desprendía masculinidad; pero su mirada seguía siendo la de ese muchacho de 16 años que conocí en el instituto. Sonreí ante aquellos recuerdos, había llovido mucho desde entonces. Él percibió mi sonrisa porque desvió la vista de la carretera para centrarse de nuevo en mí.
-Creo que nunca terminaré de recuperarme...
-Pero...
-No puedes intentar arreglar a una persona si no eres tú primero la que está bien. Soy de las que arriesga todo por todo el mundo, sin importarme las consecuencias- hice un gesto y detuve todas las palabras que se agolpaban en su mente y luchaban por salir a flote- eso también te incluye a ti. Sin tí no estaría aquí. Se avecina una época de cambios, lo puedo sentir.
Bajó la mirada y volvió a concentrarse en la carretera. Era consciente de que no le gustaba que sacara el tema, aunque en el fondo sabía que mi intuición no solía fallar.
-Son muchos cambios los que vienen, nos gusten o no. Quizás nunca llegue a estar completa del todo... O puede ser que sí. Lo único que te puedo asegurar a ciencia cierta es que voy a luchar por lo que quiero y por los que quiero. Me tocará ser fuerte por muchos de vosotros en miles de ocasiones y a vosotros serlo por mí en otras tantas... Si te soy sincera no me arrepiento de nada de lo que he pasado porque si miras a tu alrededor verás que no todo es tan malo como parece. Somos dueños de nuestro destino hasta cierto punto y a veces pasan cosas sin explicación; todo es parte de la vida- suspiré y cerré los ojos de nuevo.
Sentí el calor de su mano rodeando la mía y así continuamos viajando, en esto que llaman vida.
Pic by: Aleksander Nakic
Muy profundo y enternecedor. Sigue así que quiero leerte :)
ResponderEliminarMuchas gracias!! yo espero que me sigas leyendo por muchos años más! :D :D
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