Hoy es de esos días en los que no paras de hacer cosas y cuando te quieres dar cuenta ya se ha acabado el día. Pero esa sensación no desaparece... Piensas que será solo un día y no le das importancia y sigues con tu vida luchando contra esa sensación. El problema ya comienza cuando al día siguiente te levantas con la esperanza de que se te haya pasado y ¡Sorpresa! Ahí sigue. Entonces ya es cuando te empiezas a preocupar y sabes que hay algo que no va bien. Luego comienzan esos ligeros mareos que hacia una eternidad que no tenías y los atribuyes al agobio y al estrés si total ya es la época; así que no es de extrañar y sigues hacia delante.
Pero la sensación se agrava con cada minuto que pasa. Es como una piedra que llevas a cuesta y que mientras que el camino es plano no hay problema, pero en cuanto comienza la pendiente cada paso cuesta más que el anterior.
No sé como describirla, aunque la realidad es que en en el fondo sé que es un cúmulo e sensaciones. Una persona puede ser indiferente hacia un par de cosas pero llega un determinado momento en el que esa indiferencia se desvanece y se te viene todo encima. Todo aquello por lo que has estado luchando en pocos segundos te engulle. Sabes que está ahí pero la vida continúa y tu pues te vas haciendo más fuerte con el paso del tiempo y la importancia va disminuyendo. Porque si algo no te trae nada bueno lo mejor es dejarlo ir. O a veces sencillamente hay que darse un tiempo para luego poder hacer que las cosas si antes eran buenas ahora sean aún mejores. Lo único que tiene el final escrito es aquello que tú escribes.
A veces no sé como se ha llegado a este punto. Miro hacia atrás y duele como una quemadura, pero luego soy consciente de que quizás si que era lo mejor para mí y que lo más probable es que sea ahora lo que merezco para madurar y crecer como persona. Hay cosas que no me gustan y con las cuales lloro; pero otras me sacan grandes sonrisas.
Es todo tan extraño... No me termino de acostumbrar. A veces tengo la sensación de que estoy huyendo, pero ahora mismo necesito mi tiempo y mi espacio. Necesito saber quien soy de verdad y que es lo que quiero, ese es otro tema que antes tenía muy claro y ahora...
Seguiré luchando pero no es fácil y mucho menos en estos momentos en los que me siento sencillamente incomprendida.
Pero la sensación se agrava con cada minuto que pasa. Es como una piedra que llevas a cuesta y que mientras que el camino es plano no hay problema, pero en cuanto comienza la pendiente cada paso cuesta más que el anterior.
No sé como describirla, aunque la realidad es que en en el fondo sé que es un cúmulo e sensaciones. Una persona puede ser indiferente hacia un par de cosas pero llega un determinado momento en el que esa indiferencia se desvanece y se te viene todo encima. Todo aquello por lo que has estado luchando en pocos segundos te engulle. Sabes que está ahí pero la vida continúa y tu pues te vas haciendo más fuerte con el paso del tiempo y la importancia va disminuyendo. Porque si algo no te trae nada bueno lo mejor es dejarlo ir. O a veces sencillamente hay que darse un tiempo para luego poder hacer que las cosas si antes eran buenas ahora sean aún mejores. Lo único que tiene el final escrito es aquello que tú escribes.
A veces no sé como se ha llegado a este punto. Miro hacia atrás y duele como una quemadura, pero luego soy consciente de que quizás si que era lo mejor para mí y que lo más probable es que sea ahora lo que merezco para madurar y crecer como persona. Hay cosas que no me gustan y con las cuales lloro; pero otras me sacan grandes sonrisas.
Es todo tan extraño... No me termino de acostumbrar. A veces tengo la sensación de que estoy huyendo, pero ahora mismo necesito mi tiempo y mi espacio. Necesito saber quien soy de verdad y que es lo que quiero, ese es otro tema que antes tenía muy claro y ahora...
Seguiré luchando pero no es fácil y mucho menos en estos momentos en los que me siento sencillamente incomprendida.
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